Diversos profesionales de la astrofísica, astronomía y de la ingeniería de nuestro país, analizaron el impacto que tendrá la exploración espacial en Chile como potencia astronómica y minera, cuando entre en operación el James Webb y otros futuros observatorios espaciales y, con el tiempo, la explotación de minerales del cinturón de asteroides a través de la astrominería.
¿La exploración espacial pone en jaque las ventajas naturales de Chile?, se preguntó El Mercurio y, dentro de los expertos que respondieron a esta pregunta, estuvo María Teresa Ruiz, directora del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) y ganadora del Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997.
Para la socia de IWF Chile, lo que podría ser un riesgo para la observación astronómica desde la Tierra, sería “ponerle un velo encima con la contaminación lumínica o con el lanzamiento de constelaciones de satélites que impiden hacer observaciones”.
Además, agregó que poner un telescopio en el espacio es mucho más caro. “Hay cosas que se observan muy bien desde la Tierra, con telescopios más grandes de los que se pueden poner en el espacio, y hay otras que no, porque hay radiación que no penetra la atmósfera terrestre y hay que observarla desde afuera. En general hasta aquí se complementan los dos instrumentos, así es que no lo veo como una amenaza para nada”.
Mientras la comunidad científica continuará expectante ante lo que pueda informar el James Webb, telescopio casi tres veces mayor que el Hubble que tanto nos ha ayudado a comprender el universo en casi 31 años, en la carrera espacial también se estudia la posibilidad de explotar recursos mineros, llamada astrominería o minería espacial.