EN TIEMPOS DEL COVID 19, IWF CHILE ESTRENÓ LOS DRINK AROUNDS

Una interesante y novedosa instancia de participación entre las socias de IWF Chile, denominada “DRINK AROUNDS”, se inició el reciente 5 de mayo.

Consiste en reuniones realizadas a través de la plataforma Zoom, de no más de ocho socias, lideradas por una anfitriona que dirige una conversación acerca de un tema de su expertise que inicia con una introducción de unos 20 minutos, como marco de referencia para conversar e intercambiar opiniones y experiencias.

El primer Drink Arounds se denominó “VIVIENDO LA PANDEMIA EN NUEVA YORK”, y fue liderado por la socia de IWF Chile, Sava Thomas, desde Nueva York.

Sava es abogado con estudios en Chile y Estados Unidos, recibió el título Juris Doctor de Fordham University School of Law y, entre varios otros roles, preside el Directorio de Friends of Catholic University in Chile, fundación de los Estados Unidos con sede en Nueva York.

En la oportunidad, Sava -que reside en Nueva York desde hace más de 40 años- hizo una completa reseña acerca de los graves efectos que está teniendo el Covid 19 en la comunidad neoyorquina y, lógicamente, en Estados Unidos en general, como el país más golpeado por la crisis sanitaria mundial.

“Nos ha tocado vivir la Pandemia con creces, porque casi 2.000 americanos están muriendo diariamente en Estados Unidos donde se registran a la fecha, sobre 73 mil fallecidos, de los cuales más de 19.000 vivían en Nueva York. En la guerra de Vietnam hubo 58.000 muertos y, ahora, con el Coronavirus, ya hay sobre 12.000 personas más que han perdido la vida, señaló Sava. Incluso mueren jóvenes entre 25 a 35 años y, recientemente, falleció hasta una guagua de solo 3 meses”, relató la anfitriona en su introducción.

La inequidad salió a flote, contó Sava y, este aspecto, generó un especial intercambio de opiniones entre las participantes y la anfitriona, tal vez porque este es un déficit más bien reconocido en los países desarrollados y, con respecto a las consecuencias que tiene la pandemia en la economía estadounidense, la anfitriona afirmó que es probable que el 43% de la población laboral pierda su trabajo en poco tiempo y que, actualmente, 1 de cada 4 personas carece de fuente laboral.

La conversación giró finalmente, hacia la incertidumbre acerca de lo que va a ocurrir cuando la pandemia termine, porque en Nueva York y en Estados Unidos, en general, ha aflorado una desigualdad que no se había visto, según relató la anfitriona, mientras un 1% no se ha visto afectado en ningún aspecto con esta crisis, producto del estándar de vida que poseen, donde sus inversiones no están en riesgo, hasta ahora.

En esta primera instancia de conversación participaron Sava Thomas como anfitriona Verónica Montero, Alejandra Kantor, Kenny Hirmas, Elena Serrano, Mercedes Ducci y Patricia Silva.

Los Drink Arounds fueron concebidos por el Comité Ejecutivo integrado por Drina Rendic, Paula Gutiérrez, Verónica Montero y Susana Sierra y por la coordinadora de los Dine Arounds que hoy se encuentran suspendidos por las circunstancias que vivimos, Lydia Bendersky y Verónica Montero.

Calendario de los Drink Arounds programados

  • Martes 5 de mayo: “VIVIENDO LA PANDEMIA EN NUEVA YORK”. Hostess: SAVA THOMAS
  • Jueves 7 de mayo: “GESTIÓN DEL CORONAVIRUS DESDE LA INDUSTRIA DEL RETAIL”.

Hostess: DENISSE GOLDFARB

 

  • Martes 12 de mayo: “COLONIZANDO EL ESPACIO INTERIOR”.

Hostess, PAULA GUTIERREZ

 

  • Miércoles 13 de mayo: “SALUD MENTAL Y NUESTRO TRANSITAR A UNA NUEVA NORMALIDAD”.

Hostess: Dra. VERÓNICA LARACH

 

  • Jueves 14 de mayo: “CORONAVIRUS: RESPUESTAS DE LA EDUCACIÓN”.

Hostess: PAULA CRUZAT,

 

  • Lunes 18 de mayo: “ASPECTOS ÉTICOS DE LA PANDEMIA”.

Hostess: JAMILE CAMACHO

 

  • Martes 19 de mayo: “LA CULTURA Y LAS ARTES: QUÉ SON Y POR QUÉ LAS NECESITAMOS TANTO”.

Hostess: ELISA IBÁÑEZ

 

  • Lunes 25 de mayo: “PERIODISMO: ¿A LA ALTURA DE LA CRISIS?

Hostess: PATRICIA SILVA

 

  • Miércoles 27 de mayo: “CORRUPCIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA”.

Hostess: SUSANA SIERRA

 

  • Lunes 1 de junio: Tema de cierre.

Hostess: PAULA ESCOBAR

“La industria del Retail en tiempos de crisis”

Una distendida conversación lideró la socia de IWF Chile, Denisse Goldfarb, como anfitriona del Drink Around realizado a través de la plataforma Zoom, referido a las complejidades que está enfrentando la industria del retail como consecuencia del Covid 19.

Denisse Goldfarb, es Vicepresidente de Personas de Walmart Chile y tiene una carrera de 20 años en industrias de retail, empresas de tecnología, telecomunicaciones y energía, donde ha liderado transformaciones organizacionales a través de la gestión de personas y del cambio cultural y, como tal, está a cargo de la gestión de un numeroso equipo de 46.000 personas que hacen posible el abastecimiento diario de alimentos y cientos de otros productos primordiales en la vida cotidiana de los chilenos, a lo largo del país.

Con o sin cuarentena, la industria del retail ha debido sortear numerosas complejidades y normativas asociadas a la seguridad en los locales de venta; ha encabezado el fomento de “la compra responsable” que promueve límites en la cantidad de productos que se adquieren y, entre otros, el cumplimiento de normas de autocuidado recomendadas por las autoridades sanitarias, tanto para los trabajadores, como para los clientes.

En el fluido intercambio de experiencias y opiniones, participaron en esta instancia de conversación, Paola Cuneo, Paula Gutiérrez, Susana Sierra, Verónica Montero, Lucia Newman, María Elena Wood y Lydia Bendersky y, en la oportunidad, la anfitriona compartió los aprendizajes tempranos captados por Walmart en China, considerados claves para definir las medidas tempranas y el envío de grupos de riesgos a sus hogares.

Además se comentó el Estudio CADEM sobre “El Chile Que Viene”, realizado en marzo con 1700 consumidores de 4 generaciones que dieron cuenta de los nuevos hábitos de consumo durante la crisis: el alza de compras en supermercados, botillerías y farmacias y, desde luego, las tendencias de consumo online y el uso del e-commerce. Se conversó también acerca del rol responsable que deben cumplir las empresas en cuanto a no aprovecharse de la coyuntura para subir precios y, por el contrario, mantener una oferta segura con foco en el cuidado de trabajadores y clientes.

“La pandemia ha dejado en claro cuán desesperadamente nos necesitamos”, dijo Siri Hustvedt a Paula Escobar

Desde Nueva York, la escritora y ensayista, Siri Hustvedt, fue entrevistada por la periodista y socia de IWF Chile, Paula Escobar, en el diario La Tercera y, a través de esta instancia, Siri hizo numerosas reflexiones sobre el impacto del coronavirus y su preocupación por la violencia doméstica en un contexto de cuarentena.

“El machismo se basa en una fantasía de independencia masculina y desprecio beligerante por la verdadera necesidad humana”, fue parte de lo dijo. “Si bien las diferentes culturas tienen distintas versiones de masculinidad y feminidad, la violencia doméstica es global y se necesitan soluciones internacionales”.

Siri Hustvedt vendrá a Chile en octubre a dictar una conferencia en la Cátedra Mujeres y Medios de la Universidad Diego Portales que dirige Paula Escobar y, a continuación reproducimos sus interesantes revelaciones en la citada entrevista.

Aunque no es neoyorquina de nacimiento, sí lo es por elección. Muy joven partió desde Minnesota a vivir allí, luego realizó un doctorado en la Universidad de Columbia. Su última obra, Recuerdos del futuro, justamente relata esos años de deslumbramiento con la ciudad, sus primeras vivencias, la  búsqueda del propio lugar en esas calles y esos barrios. Habita hace décadas una antigua y luminosa casa en Park Slope, Brooklyn, con su marido, el escritor Paul Auster. Anticipando su visita a Chile en octubre (cuando dictará una charla en la cátedra Mujeres y Medios de la UDP), conversa desde allá con Tendencias y comparte su mirada de esta crisis.

Ganadora del último premio Princesa de Asturias de las Letras, entre otros muchos reconocimientos, la autora de varias novelas, entre otras,  Todo cuanto amé y El verano sin hombres, y el celebrado ensayo La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, Hustvedt se encuentra hoy recluida en su casa, viviendo un duelo por lo que está padeciendo su ciudad, y ya recuperada de lo que su doctor cree que fue coronavirus.

¿Cuál fue su reacción cuando se dio cuenta de que usted y su esposo estaban enfermos, y que probablemente era Covid-19?

En ese momento no estaba del todo seguro de que fuera el virus. La gripe y los resfriados también circulaban. Había dado mi seminario en el hospital cinco días antes, así que había estado en un lugar lleno de gente donde el virus seguramente estaba presente, pero nunca tuve fiebre, al menos hasta donde yo supe. No me hice el test. No fue hasta que me envió un tuit un médico que tenía un colega que había dado positivo por el virus sin fiebre, pero con todos mis otros síntomas (dolores corporales, escalofríos, dolor de cabeza intenso, constricción en el pecho, tos, agotamiento). Ahí empecé a pensar en eso, pero necesitaría una prueba de anticuerpos para saber, y no están disponibles. Mi esposo se enfermó unos días después. Sus síntomas eran más leves que los míos y él tampoco tenía fiebre. En resumen, nuestro médico cree que probablemente lo teníamos, pero NO hay pruebas y tenemos que proceder como si nosotros y cualquier otra persona cercana a nosotros fuera vulnerable.

Nuestro médico cree que probablemente teníamos coronavirus, pero NO hay pruebas y tenemos que proceder como si nosotros y cualquier otra persona cercana a nosotros fuera vulnerable.

Cada enfermedad, como escribió Susan Sontag, tiene su propio simbolismo asociado, ¿qué símbolos asocia con el coronavirus?

Sontag criticó las metáforas de la enfermedad. Estaba equivocada, sin embargo. La metáfora es ineludible. Está incrustada en la naturaleza misma de la comprensión humana encarnada. La metáfora no es una decoración literaria, como ha quedado claro a partir de la investigación de segunda generación de neurociencia cognitiva y neurociencia. La ironía aquí es que las metáforas virales y de enfermedades se han utilizado durante mucho tiempo para el extranjero, el extraño  o el otro en el discurso xenófobo, el virus que enferma el cuerpo político. La retórica nazi compara al judío con un bacilo. Trump ha sido un maestro de esta retórica: el “virus de China” es una forma de mantenerla. También tiene fobia a los gérmenes, otra ironía. Pero los virus no tienen nacionalidades. No se encuentran en ningún otro lugar que no sea una parte ubicua de nuestros ecosistemas. El viroma humano es parte de todos nuestros cuerpos. La peste y las muchas enfermedades de viaje a lo largo de los siglos nos recuerdan nuestra vulnerabilidad, pero también nuestra interdependencia.

Como escribió en El País, ahora vive bajo miedo. Y resulta que los países poderosos, como  Estados Unidos, no han podido controlar la pandemia. ¿Cómo cree que esta enorme sensación de vulnerabilidad cambiará a la sociedad estadounidense?

3.675.000 estadounidenses murieron en la pandemia de gripe de 1918. Los mitos y las ideologías de los Estados Unidos no cambiaron significativamente por ello. Después, la amnesia se apoderó, de hecho. La crisis pasó y la gente volvió a sus viejas costumbres. No digo que la vida y la política no cambiaran. Sin duda, lo harán, pero si lo hace, no solo será la pandemia la responsable, sino el hecho de que la desigualdad radical, el racismo (el legado de la esclavitud en los Estados Unidos, lo más importante), la xenofobia y la misoginia tienen para ser enfrentados o el país implosionará. La urgencia estaba allí mucho antes del coronavirus.

Ha investigado enfermedades mentales y neurociencia durante años. ¿Cómo describiría el estado mental y emocional del mundo en este momento?

Los desastres colectivos pueden exacerbar los trastornos mentales, desestabilizar aún más a las personas con trastornos de ansiedad y depresión o reavivar recuerdos traumáticos. Para otros que pierden a sus seres queridos, el virus será un trauma que los afectará en los años venideros. Tengo varios amigos que no pudieron estar con sus padres moribundos, no solo aquí, sino en todo el mundo. El dolor, la miseria de esta privación particular me ha golpeado duro. Me sentí tan afortunada de que mi madre murió en octubre de 2019, y pude estar con ella durante los tres días anteriores a su muerte, para poder hablar con ella y abrazarla. Haber perdido esa proximidad con ella si hubiera estado prohibido verla, habría sido profundamente hiriente. Sospecho que para algunas personas que no están acostumbradas a la soledad, el aislamiento forzado puede crear formas de evaluaciones internas y meditaciones imprevistas. Las crisis también pueden producir nuevos pensamientos y, por lo tanto, nuevos caminos.

¿Cómo vive usted ahora? ¿Qué es útil hacer, a su juicio, para sobrevivir al aislamiento, la incertidumbre y el miedo?

Estoy escribiendo y leyendo como de costumbre, pero con

mayor agitación. Leo el periódico y he leído bastantes documentos de virología durante la pandemia, pero no veo informes de televisión ni escucho repetidamente la radio en busca de actualizaciones. Encuentro que estas medidas son protectoras. Siento que estoy de duelo por mi ciudad en este momento, por todos los muertos y todos los que lloran a sus muertos. Los seres humanos no podemos evitar sentir por los que están cerca.

¿Cuál es el papel de los intelectuales y artistas en la actualidad? ¿Cómo pueden tratar de dar sentido a todo lo que está sucediendo?

Bueno, los epidemiólogos obviamente están jugando un papel muy importante en este momento. Todos deberíamos escucharlos. Los otros, filósofos, historiadores, escritores y académicos de diversas tendencias, pueden sacar el discurso público de sus lugares comunes, para empujar a las personas a pensar a otro ritmo. La falta de imaginación que caracteriza a gran parte de los medios de comunicación cuando se apresura de un cliché a otro -diseminando su dead received knowledge- tiene un impacto viral propio. La epidemia, en la historia y en la literatura, puede proporcionar un marco que nos ayude a comprender el ahora. El prólogo de Boccaccio al Decamerón, en el que describe las diferentes respuestas entre la gente de Florencia a la plaga, es notablemente idóneo para nosotros que estamos viviendo los estragos de Covid-19, por citar un solo ejemplo.

La crisis económica es tan intensa y severa como la pandemia. En los Estados Unidos y en todas partes, el desempleo está aumentando a niveles sin precedentes. ¿Qué es lo que más teme de esto?

Mi madre vivió cinco años de la ocupación nazi en Noruega. Los padres de mi padre fueron arruinados financieramente por la Gran Depresión. No fueron más capaces de cultivar la tierra. Las heridas fueron profundas e intergeneracionales. Sin embargo, este tipo de parálisis económica voluntaria es diferente de la Depresión. Por supuesto, es difícil predecir. Sin embargo, revelará las profundas desigualdades en los EE.UU., desigualdad que ha estado creciendo constantemente desde la década de 1970.

El liderazgo responsable es más importante que nunca, y su presidente no encarna uno de ellos, pero su aprobación es alta. ¿Cómo explica eso?

Su aprobación califica de alta para él. Nunca ha superado el 50%. Después del 11 de septiembre, el índice de aprobación de George W. Bush se disparó. La gente está asustada y deposita su esperanza en un líder, sea quien sea ÉL (siempre ha sido ÉL en los EE.UU.). Podría estar equivocada, pero no estoy segura de que este aumento en las encuestas dure…  El hombre y su administración se han comportado de manera abominable y seguramente son responsables de innumerables muertes evitables. El hecho de que su trastorno de personalidad de narcisismo extremo signifique que no siente empatía ni culpa puede haberle servido de muchas maneras, pero su evidente falta de compasión puede no ayudarlo con esta pandemia a largo plazo.

Nueva York está sufriendo terriblemente. Como neoyorquina, ¿cómo se siente?

Como he dicho, estoy afligida. También estoy llena de admiración por los trabajadores de la salud, los  supermercados y los repartidores, por los basureros, los bomberos y bomberas y la policía aquí en la ciudad. Es tan extraño que tantos sonidos se hayan detenido. Aves y sirenas y el helicóptero intermitente.

Finalmente: también hay un aspecto de la desigualdad de género con esta pandemia: aumentos muy severos de la violencia doméstica, estrés en los hogares con niños sin colegios, desventajas económicas para las mujeres pobres. ¿Cómo cree que esto se puede abordar globalmente?

Mi esposo y yo hablamos del potencial de violencia antes de que leyéramos algo al respecto. Estar encerrado con tu abusador es un horror. La jerarquía social y las dinámicas que permite, de hecho refuerzan, la brutalidad contra las mujeres se intensifican cuando no hay escapatoria, no hay pausa en la tiranía. Y debido a que el concepto mismo de masculinidad es precario y debe demostrarse constantemente para mantenerse, la vergüenza de perder (un trabajo, dinero, estatus  y poder) crea humillación, que a su vez se siente como debilidad, fragilidad, cualidades supuestamente femeninas. Este es un guiso volátil de sentimientos que produce ira y destruye vidas. Si bien las diferentes culturas tienen diferentes versiones de masculinidad y feminidad, la violencia doméstica es global y se necesitan soluciones internacionales. Un pensamiento utópico: la pandemia ha dejado en claro cuán desesperadamente nos necesitamos unos a otros, cuán fundamentalmente entrelazados estamos, emocional y económicamente. El machismo se basa en una fantasía de independencia masculina y desprecio beligerante por la verdadera necesidad humana. Es una especie de representación teatral para otros hombres fundada en la negación de un hecho elemental. Todos nacimos del cuerpo de una mujer, todos dependientes de otros, a menudo mujeres, para crecer y este reconocimiento de nuestra interdependencia colectiva es crucial para el futuro de la tierra. ¿No sería maravilloso si la gente comenzara a ver esta verdad?

El “antes y el después del Coronavirus”, según el escritor estadounidense, Thomas Friedman

“La crisis del coronavirus está exacerbando los problemas y tendencias del mundo”.

“Esta es como la prueba de esfuerzo definitiva del mundo: muestra cuál es la calidad de su gobierno, cuál es la calidad de su sistema de salud pública, cuál es el equilibrio económico de su país y sus empresas y cuál es el nivel de su confianza social”, planteó Thomas Friedman, intelectual estadounidense, autor de bestsellers como La Tierra es Plana y columnista del New York Times, en entrevista realizada por la periodista y socia de IWF Chile, Paula Escobar, en el diario La Tercera.

Desde Washington D.C. planteó, además, que en su opinión la salida está lejos y que debemos acostumbrarnos a aquello de “la nueva normalidad”.

Thomas Friedman lleva más de un mes de confinamiento en su casa de Washington junto a su señora. Desde su escritorio, y vía Zoom, cuenta a Tendencias que ha podido seguir realizando casi todas sus actividades más importantes. Escribir sus comentadas columnas en The New York Times, reportear las aristas mundiales de la pandemia, leer y sobre todo, pensar. Es lo esencial hoy para este tres veces ganador del premio Pulitzer, entrevistador de los líderes mundiales más importantes a lo largo de sus 40 años de carrera, premiado escritor de libros sobre política internacional, energía y tendencias para el futuro. Su obra más conocida, La Tierra es Plana, es un best seller mundial sobre la globalización.

-¿Cómo ve las críticas post Covid hacia el capitalismo global?

-La crítica, antes del Covid, era por la desigualdad. Ahora, yo divido el mundo AC y BC (after y before) antes y después del Corona. La primera regla que veo en la era AC es que se acelera cada tendencia y exacerba cada debilidad. El trabajo y el aprendizaje a distancia, por ejemplo, se están acelerando. Las tensiones sobre el capital global, también, así como las diferencias en ricos y pobres. Pero también exacerba cada tendencia. Esta es, entonces, como la prueba de esfuerzo definitiva del mundo: le muestra cuál es la calidad de su gobierno, cuál es la calidad de su sistema de salud pública, cuál es la calidad de la hoja de balance de su país y sus empresas y cuál es el nivel de su confianza social. Entonces, esto realmente va a exacerbar la desigualdad global de ingresos. Y no serán sólo compañías las que podrán salir mal. Podríamos ver países completamente en default. Tenemos que mirar a Italia, y todavía no hemos visto enteramente el impacto en América Latina. Nosotros tenemos una Reserva Federal. El gobierno puede emitir bonos y la Fed los compra: podemos hacerlo. Pero otros países no tienen esa facilidad. Y además del FMI o alguien que entre, su única opción es imprimir dinero, lo que tendrá enormes implicaciones para su inflación, sus pagos en dólares de las deudas externas. Entonces, va a ser muy, muy estresante, creo, en todos esos temas.

-¿Cómo evalúa lo hecho en términos económicos?

-Lo que hemos hecho (en Estados Unidos) es, básicamente, que mandamos un helicóptero y dejamos caer dinero en el país. Entonces, si usted es una empresa y acepta no despedir a sus empleados, podría obtener este tipo de préstamo a bajo interés que en realidad se convierte en una subvención. Pusimos dos trillones de dólares para estabilizar el país. Pero creo que, en última instancia, debemos pensar en el siguiente paso.

-¿Y cuál es el siguiente paso que se debe tomar?

– El siguiente paso es: ¿en qué invertiremos, no sólo para no cargar con más deuda a la próxima generación de estadounidenses -la generación de mi hija-, sino también dejarles herramientas para reinventar, crecer y ser productivos? Deben ser herramientas de resiliencia, porque tenemos otra tormenta llamada cambio climático. Y el cambio climático es como el coronavirus, no se derrota, continúa. Entonces debemos tener resiliencia y seguir adelante productivamente, y para eso debemos invertir en tres cosas: primero y masivamente, en energía limpia. Debido al colapso en el precio del petróleo, una compañía petrolera puede ganar tanto de un parque solar o eólico como en un campo petrolero en Dakota del Norte. De hecho, soy muy crítico con Trump por intentar apuntalar a la OPEP. Debemos ser inmunes no sólo al coronavirus, sino también a los dictadores petroleros. Deberíamos aprovechar esta oportunidad. Lo segundo es invertir en banda ancha masiva de alta velocidad a las zonas rurales que no están conectadas. Y aquello se volvió importante en esta crisis actual porque no pueden aprender ni trabajar a distancia. La tercera cosa que deberíamos hacer es invertir masivamente en open source maker networks. ¿Qué hemos aprendido de esta crisis? Que no hacemos nada. Estamos esperando que venga el próximo barco de China. Los que han emergido son los maker spaces online, con código abierto, donde la gente hace crowdsourcing en innovación y manufacturas, especialmente para la parte inferior de la pirámide. He pensado estos caminos para ver cómo crecemos en la salida de esto, y no sólo nos salvamos. Pero habrá tantas presiones cuando salgamos… ¿A quién lo rescataron y a quién no? Porque ahora estamos todos refugiados en nuestras casas y todos somos amables, “estamos todos en esto”, pero cuando la tapa se levante, va a haber una explosión.

-¿Cómo cree que será el mundo después de que todos volvamos a algún tipo de normalidad?

– Una de las cosas más difíciles de entender para algunos sobre esta crisis -y lo ves especialmente en Trump y Bolsonaro- es que es diferente a cualquier otra. Luchamos contra los rusos, luchamos contra los nazis, y se podría decir con suficiente esfuerzo y solidaridad, los vencimos: llevamos a la bancarrota a la Unión Soviética y, con los aliados, derrotamos a los nazis. Pero nunca hemos peleado contra la Madre Naturaleza. Ella es solo química, biología y física. No puedes hablar con ella ni derrotarla. Ella va a hacer lo que la química, la biología y la física le permitan. Y siempre gana al final.

-¿Qué implica esto?

-Digo eso porque sólo hay dos formas de salir de una pandemia. O tienes una vacuna o tienes inmunidad de grupo, cuando que el 60 por ciento de nosotros hayamos tenido el virus. Entonces, incluso cuando hayamos terminado de refugiarnos y volvamos, el virus estará allí. Dicho eso, ¿cuándo vas a dar un paseo en avión? ¿Cuándo vas a ir a un restaurante? ¿Cuándo vas a ir al cine? ¿Cuándo vas a tomar el metro? Y para la economía, e incluso cuando hayamos hecho esas cosas, no se terminará. Estaremos operando alrededor del 60 por ciento. Eso es especialmente grave en Estados Unidos, donde el 70 por ciento de nuestra economía es por alto gasto. Eso no se condice con el hecho de que el 40 por ciento de los estadounidenses no puede recaudar cuatrocientos dólares en caso de emergencia. Y que el veinticinco por ciento vive cheque a cheque. Entonces, la devastación, una vez que salgamos del refugio, será como una bomba nuclear. Y la Madre Naturaleza todavía va a estar allá afuera derribando personas. Entonces, no hago predicciones. Entender esto, y el cambio sicológico que va a requerir es tan profundo. Y muchos no lo están entendiendo. Partiendo por Trump: “Voy a abrir el 1 de mayo. Yo decido. Yo estoy a cargo”, son sus frases. Pero la Madre Naturaleza ni siquiera sabe su nombre. Él pensaba que si los mercados iban para arriba, él estaba bien. Pero mientras él miraba los mercados, la Madre Naturaleza estaba -invisible, inexorable y exponencialmente- esparciendo el virus. Hay que ser humildes, y ver esto semana a semana.

-Por las consecuencias económicas graves, hay un gran debate en cómo equilibrar, en esta salida gradual, salud y economía. ¿Qué piensa?

-Fui el primer columnista en escribir sobre eso, hace varias semanas. Y tuve un gran reacción en contra. La gente estaba realmente enojada. ¿Cómo te atreves, neoliberal?, me decían. Y yo sólo estaba diciendo: tenemos que pensar en esto.

-¿Qué se hace?

-Tenemos que ir a lo que uno de mis maestros, el Dr. David Katz, llama total minimización de daños. Hacer el mínimo daño a las personas y a la economía, esa es la meta. Y es muy difícil porque, una vez más, si una pandemia sólo termina con una vacuna o inmunidad colectiva, estamos hablando de buscar el término medio. Y la única forma de hacerlo es a través de un enfoque estratificado de riesgo, donde se realizan test masivos. Un amigo mío habla de dividir el mundo entre Coronians y Covidians.

-¿Cuál es la diferencia?

-Coronians son personas que han tenido el virus y que ahora son inmunes. Los otros son personas que aún pueden contraer el virus y están en riesgo. Básicamente, usted quiere saber al testear quién es inmune, quién lo tuvo y se recuperó, quién lo lleva y no lo sabe porque es asintomático y quién es todavía vulnerable. Ese testing de vigilancia es muy importante. Y luego puedes tomar el riesgo de estratificar la vuelta al trabajo en fases. Las personas que ya son inmunes o jóvenes que es probable que no se vean gravemente afectadas por el virus, los envías de regreso al trabajo en las áreas de mayor necesidad, distribución de alimentos, actividades bancarias, cosas que mantienen la economía en marcha. Y luego avanzas lentamente sabiendo que el virus todavía está ahí afuera y todavía tienen que usar máscaras, practicar todo el distanciamiento social que puedan. Ese es el nuevo “normal”. Y el nuevo normal estará con nosotros hasta que haya una vacuna. Y los más vulnerables, aquellos de 60, 70 -yo tengo 66- y más, tendrán que ser muy, muy cuidadosos, y tal vez mantenerse recluidos.

-¿Hasta que haya vacuna?

-¡Exacto! Y estamos tan acostumbrados a preguntar: ¿La tormenta ya pasó? ¿El virus ya pasó? ¿La recesión ya pasó? Es la mentalidad. Pero puedes pensar así cuando luchas contra todo, menos contra la Madre Naturaleza.

-Algunas personas piensan que después de esta crisis global, el mundo va a desarrollar más cooperación y será mejor. Otras piensan que esto es muy ingenuo, que el mundo y las personas van a ser igual de egoístas e individualistas. Y que será sólo una fase.

-Bueno, vas a ver las dos actitudes. Vas a ver a China escondiendo su responsabilidad y sin contar todo sobre cómo partió el virus, y muy centrada en sí misma. Y a la vez verás increíbles actitudes de generosidad. Y existirá uno al lado del otro. Y no sé qué pasará. En mi experiencia como periodista, en 40 años, los errores más grandes que cometí fueron cuando comencé una columna o una noticia con esta oración: el mundo nunca será el mismo -se ríe-. Así es que siempre tengo mucho cuidado. Esa es una frase peligrosa, peligrosa. Ahora, el mundo se verá realmente afectado por esto. Pero piensa en esto: tuvimos una pandemia como esta en 1918, la llamada gripe española. Y mató algo así como de el tres al cinco por ciento del mundo, si no más. Pero aquí estamos hoy, hablando.

-¿Cómo describiría la situación en su país ahora y cómo cree que el coronavirus afectará la política estadounidense en el futuro?

-Es difícil porque todo depende de cómo siga esto. Así que te daré dos escenarios. Uno es que volvemos eventualmente al trabajo porque los gobernadores y alcaldes han hecho un buen trabajo haciendo más test, y luego dos trillones de dólares en estímulo comienzan a funcionar, alrededor de octubre. ¡Podrías volar el techo del mercado de valores! Pero te daré otro escenario: volvemos al trabajo, pero la gente sigue enfermando. La pandemia aparece por aquí, baja por allá. Jugamos a pillarla, la economía realmente no se recobra. El mercado de valores se detiene y Trump está fuera.

“Entonces, depende de cómo manejemos el virus de aquí en adelante. Sin embargo, de lo único que estoy seguro es que necesitamos un gobierno de unidad nacional porque el estrés en torno a la equidad y a las libertades civiles va a ser enorme, por toda la tecnología y vigilancia que necesitamos. Después del 11 de septiembre, queríamos saber al subirnos al avión si la persona sentada a nuestro lado no llevaba una bomba. Ahora queremos saber que no lleva un virus: no subiremos a un avión hasta que lo sepamos. Bueno, eso implica seguimiento, vigilancia a través de apps, credenciales. Las preguntas sobre las libertades civiles que surjan de esto también serán extremadamente difíciles”.

-Especialmente porque países como China han usado la tecnología para vigilar…

-Claro. Estoy siguiendo de cerca ahora a China, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong. ¿Por qué? Porque estoy viendo países que tienen muy buena gobernanza en el sentido de que pueden gobernar adecuadamente. Y también son autoritarios o con inclinaciones autoritarias. Entonces, si ellos han tenido problemas volviendo al trabajo, cómo podrá ser para Chile o Estados Unidos.

– ¿Cómo ve a Sudamérica luchando con el coronavirus? ¿Y qué impresión se llevó de Chile en su última visita, que fue justo antes del estallido social?

– Bueno, si tuviera que elegir ser un país en América Latina, sería Chile, por supuesto. Porque en una crisis como esta quieres estar en un país con un Estado profundo, con una sólida burocracia meritocrática. No es perfecto. En ninguna parte hay un país perfecto. Estados Unidos no lo es. Pero Chile tiene un largo historial de haber construido una gobernanza decente. Y creo que eso será realmente útil en el futuro.

-¿Y en relación al resto de la región?

-Miro a Brasil y estoy aterrorizado. Veo a un negacionista del cambio climático, y ahora un negador de virus, que dirige el país… Parece que la única esperanza para Brasil es la inmunidad colectiva. Eso se derramará por todo el continente. Me preocupo mucho por eso. Pero veo a Brasil y Chile como los dos polos. Un país tan grande como Brasil, si no hace las cosas bien, realmente puede afectar a todo el continente. Y por eso temo por los países en desarrollo, porque realmente los recursos que necesitas para manejar y salir de esto son profundos. Y los impactos si es que tienes que optar por la inmunidad colectiva. La cantidad de personas que morirían por eso…

-¿No es eso algo darwiniano lo de la inmunidad grupal, la sobrevivencia del más fuerte?

-Claro. La Madre Naturaleza utiliza muchas herramientas para resolver la supervivencia del más apto. Así es como tú y yo llegamos aquí, porque todos nuestros parientes sobrevivieron a múltiples epidemias, incendios forestales e inundaciones, olas de calor y tormentas de nieve. Y ella siempre nos manda cosas para decir quién puede sobrevivir y quién no. ¿De quién será el ADN de la próxima generación, si unos sobrevivieron y otros no? Esta pandemia es la primera experiencia global con esto. En los viejos tiempos, si Chile tenía una inundación y yo tenía un incendio forestal, no le prestaba tanta atención. Pero ahora, te reitero, la Madre Naturaleza tiene el mundo entero en sus manos. Está haciendo un test de esfuerzo en todo el mundo sobre quién tiene los genes, las aptitudes físicas y aquellas para gobernar, para sobrevivir a esta pandemia, y pasar su ADN a la próxima generación. Así es como funciona. Y por eso, he dejado mis libros de ciencia política y he retomado un libro que escribí en 2008, que se llama Hot, Flat and Crowded, que es sobre la naturaleza. Sé que escribo sobre esta pandemia desde un lugar distinto, pues lo hago desde mi interés en el mundo natural. Eso me hace ser humilde frente a lo que pueda pasar.

Verónica González integra el nuevo Consejo Asesor de Política Exterior de Chile

Verónica González Gil, es ingeniera comercial, empresaria, y socia de IWF Chile y, a la larga y destacada trayectoria profesional que posee, se agregó su nombramiento como integrante del nuevo Consejo Asesor de Política Exterior del Gobierno de Chile, al que la invitó el Ministro de Relaciones Exteriores, Teodoro Ribera.

Fue el propio Secretario de Estado quien informó que el nuevo organismo quedó conformado por treinta y dos personas, dentro de las cuales se incluyó a ex ministros de Estado de diversos gobiernos, ex parlamentarios, ex comandantes en jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, académicos, economistas y profesionales de las comunicaciones.

“Este nuevo Consejo tendrá como objetivo prestar asesorías en materias específicas al Ministerio de Relaciones Exteriores, que podrá convocar a sus integrantes cada vez que lo estime necesario”, explicó el ministro Ribera a los Medios de Comunicación, al tiempo que aclaró que sus miembros ejercerán su función ad honorem.

Al interior de la Cancillería señalaron que la elección de los integrantes tardó varios meses y que se buscó incluir a personas muy destacadas de distintos ámbitos del quehacer nacional.

En consecuencia, la nómina cuenta con autoridades de distintas tendencias políticas como los ex ministros Enrique Correa (PS) o Vivianne Blanlot (PPD), o los ex parlamentarios Carlos Larraín (ex senador y ex presidente de RN) y Dario Paya (ex diputado de la UDI y ex embajador en la OEA).

Dentro del mundo empresarial, se nominó a Verónica González Gil y a otros representantes de este sector como Janet Awad, primera vicepresidenta de la Sofofa, Alfonso Swett Opazo, ex presidente de la CPC y los economistas Andrea Repetto y Sebastián Claro.

Este nuevo consejo, presidido por el Canciller, también estará integrado por los subsecretarios de Relaciones Exteriores y de Relaciones Económicas Internacionales, así como por el secretario general de Política Exterior y el director general de Asuntos Jurídicos de la cartera de Relaciones Exteriores.

El ministro Ribera enfatizó que el nuevo Consejo Asesor será de gran ayuda para el ministerio y para el país, sobre todo pensando en el escenario político y económico que tendremos tras la pandemia de coronavirus en materia internacional.

Comisión de Gasto Público que dirige Jeannette Von Wolfersdorff y su rol sobre la transparencia

Un importante aporte está haciendo la Comisión de Gasto Público, que dirige la economista y socia de IWF Chile, Jeannette von Wolfersdorff, en materia de transparencia, con propuestas para enfrentar de mejor manera la crisis sanitaria y económica.

Dichas propuestas apuntan a informar a la ciudadanía sobre las instituciones públicas y privadas que están recibiendo recursos fiscales, bajo qué condiciones, y cómo distribuyen los fondos entregados.

Economía y Negocios del diario El Mercurio, destacó que la Comisión que lidera Jeannette von Wolfersdorff y que integran 16 expertos en el área, elaboró un documento que propone un conjunto de medidas que buscan ser un protocolo de rendición de cuentas,  y plantea, que si bien hay responsabilidades de cada servicio público de informar y rendir cuentas, se estimó necesario que sea un ministro u órgano estatal por definir, el que actúe como coordinador y centralizador de dicha información.

“Las recomendaciones están en línea con los mensajes que ha entregado el Fondo Monetario Internacional, FMI, sobre el manejo de recursos públicos en el marco de la emergencia sanitaria y económica”, afirmó Jeannette von Wolfersdorff a El Mercurio. Y, en esta línea, el informe de la Comisión de Gasto Público, apuntó también a reportes y datos abiertos en línea y canalizados en un portal único, que consolidará la información en materia de gastos en atención en salud y aislamiento, plan económico de emergencia, empleo público y compras públicas.

También se planea transparentar el número de beneficiarios del Bono Covid -19 y los fondos de emergencia para trabajadores informales, entre otras medidas.

El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, destacó el informe presentado por la comisión al señalar: “La transparencia del gasto público para rendir cuentas a la ciudadanía es fundamental y, más valiosa es aún, en el contexto de la crisis del covid-19 y de la serie de medidas que se han tomado y que se seguirán adoptando”.

 

SOCIAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Cómo evitar la colusión en tiempos de crisis, en carta de Susana Sierra

“En épocas de crisis como la que vivimos actualmente, es probable que muchos se aprovechen de la situación para incurrir en prácticas anticompetitivas”, advirtió Susana Sierra, directora ejecutiva de BH Compliance y socia de IWF Chile, en una interesante Carta al Director publicada en el diario El Mercurio donde abordó el tema de la “Colusión en Tiempos de Crisis”.

A través de la publicación, la también presidenta de Chile Transparente, hizo un llamado a la alta dirección de las empresas a centrarse en la forma, más que en los resultados y recomendó, a todos los testigos de malas prácticas, a denunciar a los responsables. “Debemos tener claridad de que estas conductas afectan, no solo a los involucrados, sino a todos los chilenos.”, subrayó.

Señor Director:

El caso de colusión en el servicio de helicópteros en incendios forestales nuevamente nos confirma que las prácticas contra la libre competencia son más comunes de lo que pensamos, incluso en industrias tan nobles como esta.

En épocas de crisis como la que vivimos actualmente, es probable que muchos se aprovechen de la situación para incurrir en prácticas anticompetitivas. Por lo mismo, es urgente que la alta dirección de las empresas no sólo se centre en medir resultados, sino en cómo se llega a ellos.

Por otro lado, cabe recordar que denunciar es responsabilidad de todos los que son testigos de estas prácticas. Debemos tener claridad de que estas conductas afectan no solo a los involucrados, sino a todos los chilenos.

Lecciones y aprendizajes frente a las crisis

La periodista y socia de IWF Chile, Patricia Silva, publicó en el diario El Mercurio, una Carta al Director donde realizó una positiva reflexión sobre las lecciones y cambios que traen la crisis, como las que estamos viviendo frente al coronavirus.

A su juicio, éstas generan incertidumbre, pero, al mismo tiempo, pueden abrir la mente, mejorar los estados de conciencia y despertar sentimientos que antes no fluían o estaban dormidos, como se advierte actualmente con la amenazante pandemia.

En la carta, la periodista valoró el resurgimiento de la espiritualidad y la conexión con una vida más austera y realista, al tiempo que hizo una profunda reflexión: “Todo está cambiando en una nueva dirección. Creíamos tener una salud más o menos dominable, pero casi nunca teníamos tiempo para lo esencial, que por cierto, ahora retoma su valor”.

Cambio de prioridades

Señor Director:

Por duras y dramáticas que sean las crisis, suelen traer consigo lecciones y aprendizajes.

Generan incertidumbre, pero, al mismo tiempo, pueden abrir la mente, mejorar los estados de conciencia y despertar sentimientos que antes no fluían o estaban dormidos como se advierte actualmente con la amenazante pandemia.

Hay, sin duda, un cambio de paradigma que está calando profunda y positivamente en el mundo y en Chile respecto del cuidado de la salud, al tiempo para la familia, los amigos, el respeto por los demás y, desde luego, sobre la íntima revisión sobre las aspiraciones materiales a las que solíamos dar prioridad, sin la que tuvieran.

Alegra, asimismo, la creciente recuperación de la espiritualidad que se aprecia.

Por una parte, muchos parecen haber relegado a un lugar menos importante aquella crisis ocasionada en estos últimos años por representantes de la Iglesia, para acercarse directamente a Dios, el ser superior que los contiene. Por otra, resurge la reflexión, la meditación y una revisión, que ojalá perdure en el tiempo, sobre la necesidad de hacer cambios relevantes para conectar con una vida más austera, sobria y realista.

En fin, todo está cambiando en una nueva dirección. Creíamos tener “una salud más o menos dominable”, pero “casi nunca teníamos tiempo” para lo esencial que ahora retoma su valor.

Hoy, desde el confinamiento en los hogares, impuesto o voluntario, sí hay tiempo, pero de ningún modo una salud más o menos dominable y menos una salud segura para seguir disfrutando de los encantos y vicisitudes de la vida.

Susana Roccatagliata y el “duelo social” tras la pandemia

A través de una carta al Director publicada en el diario El Mercurio, Susana Roccatagliata, periodista, socia de IWF Chile, y autora de los libros: “Un hijo no puede morir “ y “La otra cara del dolor”, reconoció que el confinamiento nos está llevando a construir una transición, de un estilo de vida a otro, absolutamente diferente donde tendremos que volver a valorizar el sentido de la trascendencia.

“Esta nueva comunicación, a nivel virtual, va a dejar una huella muy profunda en las personas y conlleva una serie de pérdidas a nivel físico, laboral, territorial, familiar, espiritual y cultural”, afirmó.

En la carta, titulada “Duelo Social”, Susana reconoció también que para construirnos tendremos que integrar lo que de adentro y afuera cambió. “Esta pandemia será un alto en la carrera que llévabamos de ganar, ganar, ganar, y no de perder, perder, perder”, recalcó.

Señor Director:

La historia es el cúmulo de duelos sociales que hemos vivido a lo largo de muchísimo tiempo. Son ciclos de duelos que quedan marcados en la memoria de la gente que nos ayuda a evolucionar.

El confinamiento nos está llevando a construir una transición de un estilo de vida -una forma de vivir- a otro absolutamente diferente. Esta nueva comunicación a nivel virtual va a dejar una huella muy profunda en las personas y conlleva una serie de pérdidas a nivel físico, laboral, territorial, familiar, espiritual y cultural.

Para construirnos tendremos que integrar lo que de adentro y afuera cambió. Tendremos que volver a valorizar el sentido de la trascendencia, que habíamos perdido. Esta pandemia será un alto en la carrera que llévabamos de ganar, ganar, ganar, y no de perder, perder, perder.

El presente no ha terminado de escribirse, pero sin duda el futuro traerá una nueva cotidaniedad, un nuevo relato de la vida diaria, que incluirá nuevos desafíos de adaptación y creatividad, para no sentirnos fuera del mundo.

La liberalización empieza ahora, no esperemos ser libres para proyectarnos.

Patricia Ready y el impacto del coronavirus en los procesos creativos

“Si bien son tiempos de mucha incertidumbre, también son momentos en que una profunda reflexión se apoderará de los procesos creativos”, afirmó esperanzada, Patricia Ready, directora y fundadora de la galería que lleva su mismo nombre y socia de IWF Chile, en una entrevista publicada en el portal de arte contemporáneo, ARTEINFORMADO.

Desde esa mirada, la galerista reconoció que será determinante observar cómo la producción artística buscará nuevas formas de comunicación con lenguajes que se renovarán en busca de una nueva humanidad. “Será algo maravilloso: los artistas seguirán creando y se adaptarán a los cambios. No es un misterio de que el arte se explora y se dimensiona sólo cuando lo puedes ver en vivo y en directo”.

En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores y actores del mundo del arte? 

Será algo maravilloso: los artistas seguirán creando y se adaptarán a los cambios. Pienso además que esta transformación no sólo tiene que ver con el mundo del arte, sino con algo más grande. Después de esto habrá un renovado orden social con nuevos paradigmas que, por ejemplo, hablarán de un profundo respeto por la naturaleza y condenaremos las acciones que depredan el medio ambiente o contaminan el planeta”.

¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el galerístico, en particular, a partir de ahora, en lo referente a gestión, exhibición, relaciones comerciales y comunicación? 

Seguramente en este punto es donde más temor existe. Las formas de comercializar arte han sido muy similares por mucho tiempo. Poco ha cambiado el formato expositivo incluso desde los tiempos de los salones parisinos. Al igual que sucede con los formatos museográficos. Entonces, la comunicación será el nuevo formato que permitirá abrir nuevas formas de mercado. En este sentido soy muy optimista: pienso que si se espera un tiempo prudente podríamos volver a hacer algunas cosas tal como las hacíamos antes.

Posiblemente, implementar un sistema de citas donde se invite a las inauguraciones por grupos de no más de cincuenta personas. Si bien, ya no estará esa masividad a la que estábamos acostumbrados, al menos el público tendrá opciones de ir a la galería, porque el arte funciona fundamentalmente desde la experiencia que se tiene con un interlocutor. No es un misterio de que el arte se explora y se dimensiona sólo cuando lo puedes ver en vivo y en directo.

¿Alguna vez pensó que su organización necesitaría de un plan de contingencia online para crisis? 

Nunca imaginamos algo así. Aunque debo admitir que el reciente estallido social en Chile fue modificando el funcionamiento de la galería, sobre todo en términos de horarios de visitas. Aún así, cumplimos con cada uno de los montajes de nuestro programa de exhibiciones y, por supuesto, potenciamos las estrategias comunicacionales. Otra señal muy fuerte fue cómo el año pasado grandes revistas y publicaciones en Chile comenzaron a cerrarse de un día para otro. Para nosotros fue una pérdida en términos de difusión, pero al mismo tiempo fue una alerta para potenciar nuestros propios soportes digitales. De alguna forma confirmamos que hoy la gente se informa fundamentalmente a través de medios electrónicos.

¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online? Si, es así, ¿qué medidas barajan implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital (para exhibición, difusión y ventas) y que no venían ejecutando? 

Nuestro trabajo on line tiene varios años de funcionamiento no sólo en términos comerciales, sino también como una herramienta de difusión de las obras y sus artistas. La idea es que cada uno de esos trabajos tengan un impacto en la opinión pública y, en la medida de lo posible, que se transformen en un camino de reflexión a través de las redes sociales. En este momento tan difícil, también estamos haciendo ventas online en beneficio de los artistas y sin porcentaje de ganancia para la galería. Es una medida que tomamos como una forma de solidarizar con ellos en medio de esta crisis”.

“Bacalao Sagrado” de Boston por Norma Acevedo de Heine

En el blog “History of Boston and Beyond”, que comparte contenidos de los distintos cursos de historia sobre esta ciudad, Norma Acevedo de Heine, socia de IWF Chile, publicó un paper sobre el “Bacalao Sagrado”, escultura de madera que cuelga dentro de la Cámara de Representantes de Massachusetts y que resalta la importancia de la industria pesquera en Boston.

Según explica Norma en su paper, el bacalao trajo una gran riqueza a la Nueva Inglaterra colonial y aportó gran parte de los ingresos totales de exportación de la zona. Incluso, con el paso del tiempo, el bacalao fue intercambiado por azúcar con las Indias Occidentales; por lana con Gran Bretaña y, además, se exportó a España.

En el siglo XVIII, el bacalao había convertido a la colonia de Nueva Inglaterra en una potencia comercial internacional y aparecería la “aristocracia del bacalao”. Incluso, las monedas emitidas tenían la imagen de un bacalao en ellas.

El pescado también suministró parte de las disposiciones necesarias de los corsarios durante la Revolución. Las goletas estaban armadas para la guerra, los pescadores y comerciantes fueron claves y las rutas comerciales se convirtieron en líneas de suministro de municiones.

La industria del bacalao ha estado, entonces, detrás de la construcción de la prosperidad y la influencia de Massachusetts desde los primeros tiempos de la colonia y, a eso se debe la razón de que el “Bacalao Sagrado”, ocupe un emblemático lugar en la Cámara de Representantes de Massachusetts.

“That leave might be given to hang up the representation of a cod-fish in the room where the House sits, as a memorial to the importance of the cod fishery to the welfare of the Commonwealth as had been usual formerly”.

Motion passed by the Massachusetts House of Representatives, Boston, 17 March 1784.[1]

The imposing monument to the cod in the House of Representatives of the Massachusetts State House in Boston arose my curiosity. As a child, growing up in Mayaguez, Puerto Rico, cod was a central part of my diet. Every Friday, as a practicing Catholic family, we ate fish. As often as not, the typical lunch for that day would be Serenata. This dish consisted of cod (boiled, so as to remove the salt), onions, hard boiled eggs and olive oil, liberally sprinkled with salt and pepper. It would be served with yucca and avocado.

I grew up thinking that this dry salted cod, which my mother bought at the local Plaza del Mercado , came from Spain. Little did I know!

As early as 1604, Bartholomew Gosnold, a British barrister, explorer and privateer, discovered the vast amounts of cod that populated the coast of Massachusetts. He called the area Cape Cod.

The four-foot-eleven-inches, carved-wood sculpture of an Atlantic cod fish is the third such piece to hang in the Chamber of the Massachusetts House of Representatives in Boston. The first one was lost in 1747 when a big fire destroyed the city. The second one disappeared during the American Revolution. The present one has been there since 1784. It weighs 80 pounds. The craftsman was John Welch ( 1711-1789), a well-known wood carver in his day, and captain of the venerable Artillery Company. His tomb is at the Tremont Street side of the King’s Chapel burial grounds.

When Massachusetts moved its legislature in 1798, the sculpture was moved with it. When the legislature moved to its newly-built Hall in 1895, the piece, wrapped in an American flag, was lowered in a ceremony , placed on a bier, and carried by three Representatives in a procession escorted by the sergeant at-arms. As they entered the new chamber, the full House rose and gave a vigorous round of applause.[2]

In 1933, the editors of the Harvard Lampoon took the sculpture from the House of Representatives and hid it. After a thorough police search and a secret phone call, it was recovered. On April 26 1933, The Los Angeles Times published a poem about the theft:

From Winthrop Beach to Bunker Hill/ From Cambridge to Revere, the voice of happiness was still, one heard no note of cheer/ A pallor whitened every face/ All eyes were red and swollen/ A dreadful crime had taken place/ The Codfish had been stolen/

In 1968 it was taken again, this time by students of the University of Massachusetts. Once again, it was recovered, though this time with minor bruises.

The cod fish brought great wealth to colonial New England. By 1770, eight per cent of adult male workers in Massachusetts were employed in the fishing industry. Fish alone brought in thirty five per cent of the area’s total annual export revenue, making it the single most lucrative trade good in the entire region.[3] This, in turn, had a spillover effect on maritime New England, stimulating growth in ship-building, ship-rigging, sail-making and waterfront business development. [4]

The cod, caught, dried and salted in New England, was exchanged for sugar with the West Indies. It was also exported to Bilbao in Spain, as well as exchanged for wool with Britain. The West Indian market was particularly attractive in that there was demand for cod fish refuse, which could be exchanged for molasses, sugar, spices, coffee and even slaves. And Adam Smith is cited as referring to the cod business as “an exciting example of how an economy could flourish if individuals were given an unrestricted commercial environment”.[5]

By the 18th century, cod had made New England colony an international commercial power. The members of the “codfish aristocracy”, those who traced their fortunes to the cod fisheries, were fully aware of their value. Coins issued from 1776-1778 had codfish on them. A two-penny stamp carried the image of a cod fish and the legend “ staple of Massachusetts” on it.[6]

The development of a faster fishing boat, the schooner, in 1713, increased the production capacity of the fishing companies. The Gloucester schooner revolutionized sailing and fishing in New England. The name comes from a New England word, scoon, which means “to skim lightly along the water”.[7]

The French colonies in the West Indies (today´s Haiti, Martinique, Guadaloupe, and Cayenne), were among the best customers of New England’s fishing industry. From 1771-1773 New England fish merchants controlled 81.7 per cent of the West Indian market.[8] In fact, trade links between the West Indies and Massachusetts were such that in the 1770s Boston’s Southwest became known as Jamaica Plain. At this time, colonists imported 65 million gallons of molasses from the West Indies. There were 140 rum distilleries in the North American colonies, 97 per cent of them in New England.[9] Lumber and dried cod were the primary commodities exchanged.[10]

New England’s maritime expansion and the cost of the Seven Year War between Britain and France led to retaliatory legislation against New England’s commercial practices. Britain tried to regulate the overseas commerce of its colonies, thus triggering the American Revolution. The latter began in New England.[11] Riots against rules emanating from the British Parliament in the 1760s and 1770s reached a boiling point. British soldiers were harassed –so much so that they ended up shooting into a crowd of unarmed colonists.[12] The laws passed by Parliament were simply not implemented by the merchants and workers of the New England cod fishing industry.

The fact was that the French had a comparative advantage over the British in the price of sugar. New Englanders would sell cod to the French on better exchange terms than to the British. The Sugar Act passed by the British Parliament denied access to the sugar from the French Caribbean territories to the North American colonies. This Act set prohibitive duties on foreign sugar, molasses and rum. New Englanders believed that raising revenues through taxes without the approval of and consultation with the colonies was the sign of a corrupt state. And it was for this reason that Adam Smith supported the colonists in their grievances against the British Empire.[13]

As British customs vessels were attacked and set on fire in New England, Parliament retaliated with the Fisheries Bill. In 1775, this bill essentially put the colonies’ fishing industry in moratorium, attempting to submit the colonists to the supreme authority of the Empire.

The combination of the Sugar Act and the Fisheries Bill convinced those involved in the New England cod fishing industry that the British no longer supported their interests. Thus, the commercial cod fishing industry was converted from the peace time production of dried cod into a military machine.[14] Fish supplied also part of the necessary provisions of the privateers during the Revolution. The schooners were armed for war, and leased to the Continental Congress. New England fishermen and fish merchants were key to the war effort.Trade routes and extant networks were turned into munitions supply lines.[15]Colonial fishing schooners were converted into warships armed for battle. Fishermen became fighting men in the revolutionary army. Fish remained a key staple.

The Massachusetts Provincial Congress created a number of subcommittees to help manage the revolutionary movement. Wealthy and powerful fish merchants were part of the Committee of Supplies, formed in 1774. With Spain, they negotiated the purchase of military supplies and played leading roles in the war endeavor. Muskets, pistols and gun powder were thus acquired. The same was done with the West Indies.

On 11 December 1781, Boston Merchants requested from the Massachusetts General Court that was negotiating a peace treaty with the British to guarantee American fishing rights in the North Atlantic as part of the treaty.

“By the flexibility of using the fishing industry to the way of war, America was able to develop its own navy, guard its coast, win battles on land, supply the fighting men with military stores and provisions and achieve its independence of land and sea”. [16]

The cod industry was behind this remarkable achievement. And that is the reason for the “Sacred Cod”.

Bibliography

Gardener, Robert, ed. Navies and the American Revolution 1775-1783. London: Chatham Publishing, 1996.

Innis, Harold A., The Cod Fisheries : The History of an Institutional Economy. New Haven: Yale University Press, 1940.

Kurlansky, Mark, Cod: A Biography of the Fish that Changed the World. New York: Walker and Company, 1997.

Magra, Christopher Paul, “The New England Cod Fishing Industry and Maritime Dimensions of the American Revolution”, PhD Dissertation, Department of History, University of Pittsburgh, 2007.

Smith, Adam. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. New York: Max Lender Editorial, 1937.

Vickers, Daniel, “Nantucket Whalemen in the Deep Sea Fishery : The Changing Anatomy of an Early American Labor Force”, The Journal of American History, vol. 72, no 2 ( September 1985).

Young, Alfred, The Shoemaker and the Tea Party: Memory and the American Revolution. Boston: Boston Press, 1999.

Photocredits: Provided by the Boston Public Library Archives

[1] Harold A. Innis, The Cod Fisheries: The History of an Institutional Economy. New Haven: Yale University Press, 1948, p. 1.

[2] Mark Kurlansky, Cod: A Biography of the Fish that Changed the World. New York: Walker and Company, 1997, p.77.

[3] Daniel Vickers, “Nantucket Whalemen in the Deep Sea Fishery: The Changing Anatomy of an Early American Labor Force”, The Journal of American History, vol. 72, No 2, (September 1985).

[4] Ibid…pp. 290-292.

[5] Kurlansky, op.cit, p.75.

[6] Ibid…p.79.

[7] Ibid…p.83.

[8] Harold A. Innis, The Cod Fisheries: The History of an International Economy. New Haven: Yale University Press,p.138

[9] Christopher Paul Magra, “The New England Cod Fishing Industry, and Maritime Dimensions of the American Revolution”, PhD dissertation, Department of History, University of Pittsburgh, 2007, pp. 141-144.

[10] Ibid…p.144.

[11] Ibid… p.12

[12] Alfred Young, The Shoemaker and the Tea Party: Memory and the American Revolution. Boston: Boston Press, p.148.

[13] Adam Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. New York: Max Lender, 1937, p. 617

[14] Robert Gardener, ed., Navies and the American Revolution, 1775-1783. London: Chatham Publishing, 1996, p. 67.

[15] Magra, op.cit, p. 201.

[16] Ibid…p.286.

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