La flexibilidad y el diseño centrado en el bienestar de las personas parecen ser las premisas que marcarán la arquitectura del futuro. Así quedó de manifiesto en el conversatorio “Pandemia y vida urbana, ¿Cómo cambiará la arquitectura y el espacio interior?”, organizado por IWF Chile.
El encuentro contó con la participación de las destacadas arquitectas Sara Topelson (IWF México) y Virginia Schneidewind (IWF Ecuador), quienes reflexionaron sobre los retos del urbanismo y el diseño habitacional de los próximos años.
La nueva configuración de la ciudad y la reivindicación de los espacios públicos fue el tema con el que la moderadora del encuentro y vicepresidenta de IWF Chile, Paula Gutiérrez, abrió la conversación.
Al respecto, Sara Topelson comentó que esta pandemia obligó tanto a urbanistas como al público en general, a volver a mirar la ciudad. “La gran vuelta es a una ciudad peatonal, a que conquistemos los espacios que han ocupado los automóviles para el peatón, para el usuario”, afirmó.
Por su parte, Virginia Schneidewind, recordó que el diseño de ciudades se ha dado gracias a las grandes pandemias y epidemias, “como el alcantarillado que se inventó cuando la gente se moría en las calles por las aguas servidas, al igual que las murallas que se tuvieron que eliminar de las ciudades para crear ventilación”.
Las actividades laborales y académicas que se trasladaron a las casas producto de la crisis sanitaria, cambiaron la disposición y uso del espacio íntimo, tema que fue extensamente abordado por las expertas, donde surgieron conceptos como la acústica y la funcionalidad como protagonistas.
Más allá de los metros cuadrados de una casa u oficina, Paula Gutiérrez celebró el hecho de que los espacios que habitamos se han vuelto prioritarios y reflexionar sobre cómo queremos vivirlos es un aspecto positivo que ha dejado esta pandemia. “Vamos a pasar más tiempo en nuestra casa, conviviendo con nuestro entorno, por lo que viene una humanización y un repensar las casas y las ciudades”, dijo la interiorista.